NOTICIAS DE LA GUERRA..Comienza la investigación por el crimen del Cnel Argentino del Valle Larrabure
CompartirSeñora Agente Fiscal:
Javier Vigo Leguizamón, en mi carácter de apoderado de la parte
querellante, en autos “ Srio Av s/ privación ilegítima de la libertad, violencia, amenazas, tormentos y muerte.(víctima Argentino del Valle Larrabure), DIGO:
I.-CAUSA Y MECÁNICA DE LA MUERTE: Impuesto del dictamen fiscal de fecha 21.4.2010 requiero que de manera complementaria a lo ordenado se cite a prestar declaración testimonial a los médicos firmantes de las dos autopsias practicadas en autos que se encuentren vivos.
En la autopsia 2041, obrante a fs 17/21 uno de los médicos intervinientes fue el Dr Avelino Dopico, que fue entrevistado por Arturo Larrabure volcándose su testimonio en las páginas 375 a 381 del libro “Un canto a la Patria” que oportunamente adjuntara.
A la brevedad se acompañará la grabación de esa entrevista que requiero que, conjuntamente con las hojas de su transcripción en el libro, sea remitida al Cuerpo Médico Forense de la Corte Suprema de Justicia.
Ésta se realizó en fecha 26 de diciembre de 2004 participando en la misma el citado médico forense, mi mandante, los generales Leopoldo Flores y Ángel Viescas y Claudia Mónica Cervini de Larrabure.
Preguntado si el Cnel Larrabure fue estrangulado, el Dr. Dopico luego de leer la autopsia expresó:
“Claro, porque ahorcado es cuando uno se cuelga. Porque acá dice “surco completo”. El colgado nunca tiene surco completo, siempre tiene una zona incompleta que es la zona del nudo. Yo me ajusto un lazo al cuello, me cuelgo y siempre queda una zona, la del nudo que se levanta y ahí no queda marca. Y acá dice surco completo. Fue estrangulado y dice que desde atrás le hicieron un torniquete…Porque “apergaminado” sí, está bien, pero “recorrido horizontal”. Acá lo tiene, el ahorcado siempre es oblicuo, siempre es oblicua la marca, porque al pesar, al colgarse, siempre el nudo se eleva y queda oblicua. Acá dice horizontal, levemente oblicuo, y que abarca todo el perímetro del cuello, “producido probablemente por torsión desde atrás”. Si es torsión de atrás nunca puede ser ahorcado, ha sido estrangulado y el estrangulado desde atrás jamás se puede suicidar, jamás…No murió ahorcado, fue estrangulado y desde atrás, es decir que fue estrangulado por alguien”.
Cabe destacar que a fs 61 los médicos practicantes de ambas autopsias coincidieron en que el Cnel Larrabure murió por asfixia por estrangulamiento.
Requiero además se cite como testigo al Dr. Osvaldo Raffo, en virtud de sus conocimientos técnicos como médico forense interviniente en más de 20.000 autopsias, según entrevista del diario La Nación de fecha 6.3.2010 que acompaño, donde se da cuenta que intervino en las necropsias de resonantes casos: Alicia Muñiz, María Soledad Morales, Nair Mostafá, soldado Omar Carrasco, y René Favaloro. Como médico legista de la policía bonaerense de San Martín tuvo a su cargo el peritaje psicológico de Carlos Eduardo Robledo Puch.
II.- INVESTIGACIÓN DEL PLAN CRIMINAL:
La parte querellante, en ejercicio de los derechos que le concede su rol, entiende necesario solicitar medidas de investigación adicionales para impulsar la investigación, la cual no puede restringirse a conocer las causas y la mecánica de la muerte, habida cuenta que, aún en la inexistente hipótesis de un suicidio, nos hallaríamos igualmente ante un crimen de lesa humanidad pues éste sería directa consecuencia de las torturas psicológicas y físicas a que fue sometido la víctima.
Un aspecto central a investigar es por qué en pleno gobierno constitucional las organizaciones guerrilleras llevaron a cabo el grueso de sus acciones terroristas.
¿Cuál era el revés de la trama? ¿Cuál el plan criminal trazado para desafiar a un gobierno electo por el % más alto de votos de la historia argentina?
El plan criminal diseñado por John William Cooke, surge claro de las siguientes palabras del filósofo e historiador José Pablo Feinmann a quien pido se cite a declarar:
“Pese a las influencias guevaristas, la izquierda peronista surge otorgándose una política de masas. John William Cooke, en Cuba, le había dicho a Guevara, que para hacer la revolución en la Argentina, no era necesario el foco insurreccional. Estaban las masas peronistas. Guevara no le creyó. O, al menos, no fue seducido por esa interpretación. Su idea acerca del peronismo no era la de Cooke. Jamás hubiera llegado a creer que Perón podía transformarse en un revolucionario. Tal vez tampoco Cooke lo creyera. No exactamente así. Cooke creía lo que luego creyeron los cuadros más lúcidos de la izquierda peronista: había que crearle hechos revolucionarios a Perón y llevar al país a una situación insurreccional a la cual Perón – más allá de sus preferencias ideológicas- no tuviera más remedio que dar su acuerdo. Como vemos, la praxis inicial de la izquierda peronista es una praxis de masas. Se identifica con Perón y el peronismo porque quiere hacer la revolución con las masas…En esta etapa, los Montoneros se dan una política de masas y sus cuadros de superficie hacen la campaña electoral de l973, que culmina con el triunfo del 11 de marzo. Luego vienen sus enfrentamientos con Perón y, como fruto maduro de esos enfrentamientos, surge un acto decisivo en la historia de la organización y en la historia de su aislamiento del pueblo peronista que tanto invocaba: el asesinato de Rucci. Se trata de uno de los errores más desdichados de la historia política argentina. Perón acaba de ganar en elecciones democráticas por un margen superior al 60 %. El país, empeñosamente, buscaba un camino de pacificación. Pero la teoría del apriete pudo más. Había que tirar un cadáver sobre la mesa de negociaciones. Y los Montoneros apostaron duro: tiraron el de Rucci…Luego de la muerte de Perón pasan a la clandestinidad. Se acabó la política de superficie. Al acabarse, quedaron, precisamente, en la superficie todos los que había creído en una política territorial…; desde la clandestinidad , retomaron las operaciones armadas y comenzaron a apostar al golpe de Estado. Aquí entra la teoría de la hecatombe. Cuanto peor, mejor. Juzgaban que el gobierno peronista era un colchón que impedía al pueblo visualizar a las verdaderas fuerzas enfrentadas: Ejército y Guerrilla. No bien el pueblo viera esta antinomia optaría por la guerrilla y se uniría a la revolución montonera. Todo esto precipitó el golpe del 24 de marzo, tal como lo deseaban. Resulta muy difícil –cuando se piensa en este período y en las trágicas consecuencias que provocó- no repudiarlos visceralmente.
Durante este período –es decir a partir del pasaje a la clandestinidad- deja de existir lo que había sido (entre l969 y l973) la izquierda peronista. Quedan los Montoneros. Con su iluminismo, su vanguardismo, sus des varíos militaristas, su desdén por la vida y por las masas…”
Pido también sea citado como testigo el señor Martín Caparrós, quien en el artículo “El Peor acuerdo” publicado en el diario “Crítica digital.com”,el 25.07.2008, que se acompaña, ratificó la existencia del plan criminal escribiendo:
““Nunca hubiera pensado que alguna vez podía llegar a estar de acuerdo con el hijo de puta del ex general Luciano Benjamín Menéndez. Y sin embargo, ayer.
Ayer, en su alegato final, el ex Menéndez, ex jefe de una de las unidades militares más asesinas, el Tercer Cuerpo de Ejército, hombre de cuchillos tomar y de presos matar, peroró en su defensa. Dijo, en síntesis, que las fuerzas armadas argentinas pelearon y ganaron para “evitar el asalto de la subversión marxista”. Y yo también lo creo.
Con algunos matices. La subversión marxista –o más o menos marxista, de la que yo también formaba parte – quería, sin duda, asaltar el poder en la Argentina para cambiar radicalmente el orden social. No queríamos un país capitalista y democrático: queríamos una sociedad socialista, sin economía de mercado, sin desigualdades, sin explotadores ni explotados, y sin muchas precisiones acerca de la forma política que eso adoptaría –pero que, sin duda, no sería la “democracia burguesa” que condenábamos cada vez que podíamos.
Por eso estoy de acuerdo con el hijo de mil putas cuando dice que “los guerrilleros no pueden decir que actuaban en defensa de la democracia”. Tan de acuerdo que lo escribí por primera vez en 1993, cuando vi a Firmenich diciendo por televisión que los Montoneros peleábamos por la democracia: mentira cochina. Entonces escribí que creíamos muy sinceramente que la lucha armada era la única forma de llegar al poder, que incluso lo cantábamos: “Con las urnas al gobierno / con las armas al poder”, y que falsear la historia era lo peor que se les podía hacer a sus protagonistas: una forma de volver a desaparecer a los desaparecidos. Me indigné y, de tan indignado, quise escribir La voluntad para contar quiénes habían sido y qué querían realmente los militantes revolucionarios de los años sesentas y setentas.”
A los fines de dilucidar la existencia del plan criminal y el rol que el Estado Cubano tuvo en su planificación y desarrollo, pido se cite a declarar a Jorge Massetti(h), descendiente directo de Jorge Masetti, lugarteniente del Che Guevara en el foco guerrillero de Taco Ralo, quien en su libro “El Furor y el Delirio” confesara::
“Cuando observo la que fue mi vida, la de Tony, la de Patricio y la de tantos otros, caigo en la cuenta de que la revolución ha sido un pretexto para cometer las peores atrocidades quitándoles todo vestigio de culpabilidad. Nos escudábamos en la meta de la búsqueda de hacer el bien a la humanidad, meta que era una falacia, porque lo que contaba era la belleza estética de la acción. Éramos jóvenes irresponsables, aventureros; éramos una casta aparte, incluso aparte de los revolucionarios que operaban localmente en sus países, militantes que se vieron obligados a adoptar la lucha armada no como un hecho estético, sino obligados por las circunstancias políticas. Nosotros, en cambio, éramos una mezcla de James Bond, aderezados con unas gotas de un marxismo muy superficial , a quienes todo les estaba permitido – sobre todo vivir de manera diferente de como lo hacían los militantes que realizaban el oscuro y anónimo trabajo de masas- para construir una organización política. Éramos la avanzada de la Revolución cubana, los niños mimados de Fidel Castro y de Manuel Piñeiro, que no fuimos elegidos ni por nuestra inserción en las masas ni por nuestro espíritu de sacrificio cotidiano. Éramos elegidos por no pertenecer a nada, sin religión, ni bandera, con una capacidad de aventura muy desarrollada, y con un grado de cinismo no menos importante. Hoy puedo afirmar que por suerte no obtuvimos la victoria, porque de haber sido así, teniendo en cuenta nuestra formación y el grado de dependencia con Cuba, hubiéramos ahogado el continente en una barbarie generalizada. Una de nuestras consignas era hacer de la cordillera de los Andes la Sierra Maestra de América Latina, donde, primero, hubiéramos fusilado a los militares, después a los opositores, y luego a los compañeros que se opusieran a nuestro autoritarismo; y soy consciente de yo hubiera actuado de esa forma” .
III.- ATAQUE SISTEMÁTICO A LA POBLACIÓN CIVIL- AMENAZAS Y MATANZA DE NIÑOS:
Las Convenciones de Ginebra de l949 contienen una cláusula común (artículo tercero) en la cual se prevé que en caso de conflicto armado la población civil debe ser, en todas las circunstancias y supuestos, “tratada de manera compatible con los principios de humanidad y con los dictados de la conciencia pública, quedando explícitamente prohibidos los atentados contra la vida y contra la integridad de todos sus integrantes”.
El ataque sistemático a la población civil constituye uno de los elementos o conductas esenciales para tipificar la existencia de un crimen de lesa humanidad, correspondiendo recordar que el Fiscal General Palacín concluyó en su dictamen que “todo individuo indefenso, independientemente de su estado formal como miembro de una fuerza armada, debe considerarse civil. Quedan comprendidos quines no estén tomando parte activa en las hostilidades, incluyendo los miembros de las fuerzas armadas”.
El decreto 1368/ 74, firmado por la ex presidenta Maria Estela Martínez de Perón decretando el estado de sitio, constituye un elemento clave para la investigación, pues en éste se alude expresamente a la necesidad imperiosa de “erradicar expresiones de una barbarie patológica que se ha desatado como forma de un plan terrorista aleve y criminal contra la Nación toda”. Y como prueba cabal del ataque sistemático a la población civil, se denuncia en su texto que las amenazas del terrorismo guerrillero habían llegado al extremo de ser “dirigidas contra niños en edad escolar”.
Los firmantes de tal decreto han fallecido, salvo María Estela Martínez de Perón, pero se encuentran vivos los ministros Antonio Cafiero y Carlos Ruckauf, que el primero de octubre de l975 suscribieron – conjuntamente con el Presidente Provisional Ítalo Luder- el decreto 2717/75 prorrogando la vigencia del Estado de Sitio.
Pido entonces se los cite a declarar como testigos para exponer sobre las características y objetivos de tales amenazas a los niños y las razones que fundaron la declaración del estado de sitio y su prórroga .
Finalmente pido se cite a declarar como testigo a Miguel Bonasso, firmante del documento “Ante la crisis del partido. Reflexiones críticas y una propuesta de superación..” aportado por la Fiscal Pombo en la causa “Soldati”, y que se encuentra reservado en secretaría.
Fue suscripto por Miguel Bonasso , el 4.12.79, en ocasión de planificarse el atentado donde Guillermo W Klein y sus familia salvaron su vida por milagro.
Discutíase entonces si era lícito matar también a los hijos del funcionario.
El documento expresa:
“si nuestro objetivo era matar a toda la familia, implica un grave error de concepción porque no podemos actuar como agente sustitutivo del odio de clase. Cuando ese odio se exprese a nivel masivo pasará lo que tenga que pasar, pero serán las masas las que lo decidan o ejecuten…”.-
Las palabras, parecerían decir entrelíneas: “no los matemos ahora nosotros; dejemos que después los maten las masas”.
Se impone entonces que Bonasso clarifique qué es lo que las masas iban a decidir y ejecutar.
IV. PETITORIO:
1.- Se cite a declarar como testigos a los médicos firmantes de las autopsias que se encuentren vivos y al médico forense Osvaldo Raffo.
2. Se envíe al Cuerpo de Médicos Forenses de la CSJN las fs 375 a 381 del libro “Un Canto a la Patria” y la grabación que se adjuntará a la brevedad.
3. Se cite a declarar como testigos a José Pablo Feinmann, Jorge Masetti(h), Martín Caparrós, Antonio Cafiero, Carlos Ruckauf y Miguel Bonasso.
Será Justicia.
Javier Vigo Leguizamón, en mi carácter de apoderado de la parte
querellante, en autos “ Srio Av s/ privación ilegítima de la libertad, violencia, amenazas, tormentos y muerte.(víctima Argentino del Valle Larrabure), DIGO:
I.-CAUSA Y MECÁNICA DE LA MUERTE: Impuesto del dictamen fiscal de fecha 21.4.2010 requiero que de manera complementaria a lo ordenado se cite a prestar declaración testimonial a los médicos firmantes de las dos autopsias practicadas en autos que se encuentren vivos.
En la autopsia 2041, obrante a fs 17/21 uno de los médicos intervinientes fue el Dr Avelino Dopico, que fue entrevistado por Arturo Larrabure volcándose su testimonio en las páginas 375 a 381 del libro “Un canto a la Patria” que oportunamente adjuntara.
A la brevedad se acompañará la grabación de esa entrevista que requiero que, conjuntamente con las hojas de su transcripción en el libro, sea remitida al Cuerpo Médico Forense de la Corte Suprema de Justicia.
Ésta se realizó en fecha 26 de diciembre de 2004 participando en la misma el citado médico forense, mi mandante, los generales Leopoldo Flores y Ángel Viescas y Claudia Mónica Cervini de Larrabure.
Preguntado si el Cnel Larrabure fue estrangulado, el Dr. Dopico luego de leer la autopsia expresó:
“Claro, porque ahorcado es cuando uno se cuelga. Porque acá dice “surco completo”. El colgado nunca tiene surco completo, siempre tiene una zona incompleta que es la zona del nudo. Yo me ajusto un lazo al cuello, me cuelgo y siempre queda una zona, la del nudo que se levanta y ahí no queda marca. Y acá dice surco completo. Fue estrangulado y dice que desde atrás le hicieron un torniquete…Porque “apergaminado” sí, está bien, pero “recorrido horizontal”. Acá lo tiene, el ahorcado siempre es oblicuo, siempre es oblicua la marca, porque al pesar, al colgarse, siempre el nudo se eleva y queda oblicua. Acá dice horizontal, levemente oblicuo, y que abarca todo el perímetro del cuello, “producido probablemente por torsión desde atrás”. Si es torsión de atrás nunca puede ser ahorcado, ha sido estrangulado y el estrangulado desde atrás jamás se puede suicidar, jamás…No murió ahorcado, fue estrangulado y desde atrás, es decir que fue estrangulado por alguien”.
Cabe destacar que a fs 61 los médicos practicantes de ambas autopsias coincidieron en que el Cnel Larrabure murió por asfixia por estrangulamiento.
Requiero además se cite como testigo al Dr. Osvaldo Raffo, en virtud de sus conocimientos técnicos como médico forense interviniente en más de 20.000 autopsias, según entrevista del diario La Nación de fecha 6.3.2010 que acompaño, donde se da cuenta que intervino en las necropsias de resonantes casos: Alicia Muñiz, María Soledad Morales, Nair Mostafá, soldado Omar Carrasco, y René Favaloro. Como médico legista de la policía bonaerense de San Martín tuvo a su cargo el peritaje psicológico de Carlos Eduardo Robledo Puch.
II.- INVESTIGACIÓN DEL PLAN CRIMINAL:
La parte querellante, en ejercicio de los derechos que le concede su rol, entiende necesario solicitar medidas de investigación adicionales para impulsar la investigación, la cual no puede restringirse a conocer las causas y la mecánica de la muerte, habida cuenta que, aún en la inexistente hipótesis de un suicidio, nos hallaríamos igualmente ante un crimen de lesa humanidad pues éste sería directa consecuencia de las torturas psicológicas y físicas a que fue sometido la víctima.
Un aspecto central a investigar es por qué en pleno gobierno constitucional las organizaciones guerrilleras llevaron a cabo el grueso de sus acciones terroristas.
¿Cuál era el revés de la trama? ¿Cuál el plan criminal trazado para desafiar a un gobierno electo por el % más alto de votos de la historia argentina?
El plan criminal diseñado por John William Cooke, surge claro de las siguientes palabras del filósofo e historiador José Pablo Feinmann a quien pido se cite a declarar:
“Pese a las influencias guevaristas, la izquierda peronista surge otorgándose una política de masas. John William Cooke, en Cuba, le había dicho a Guevara, que para hacer la revolución en la Argentina, no era necesario el foco insurreccional. Estaban las masas peronistas. Guevara no le creyó. O, al menos, no fue seducido por esa interpretación. Su idea acerca del peronismo no era la de Cooke. Jamás hubiera llegado a creer que Perón podía transformarse en un revolucionario. Tal vez tampoco Cooke lo creyera. No exactamente así. Cooke creía lo que luego creyeron los cuadros más lúcidos de la izquierda peronista: había que crearle hechos revolucionarios a Perón y llevar al país a una situación insurreccional a la cual Perón – más allá de sus preferencias ideológicas- no tuviera más remedio que dar su acuerdo. Como vemos, la praxis inicial de la izquierda peronista es una praxis de masas. Se identifica con Perón y el peronismo porque quiere hacer la revolución con las masas…En esta etapa, los Montoneros se dan una política de masas y sus cuadros de superficie hacen la campaña electoral de l973, que culmina con el triunfo del 11 de marzo. Luego vienen sus enfrentamientos con Perón y, como fruto maduro de esos enfrentamientos, surge un acto decisivo en la historia de la organización y en la historia de su aislamiento del pueblo peronista que tanto invocaba: el asesinato de Rucci. Se trata de uno de los errores más desdichados de la historia política argentina. Perón acaba de ganar en elecciones democráticas por un margen superior al 60 %. El país, empeñosamente, buscaba un camino de pacificación. Pero la teoría del apriete pudo más. Había que tirar un cadáver sobre la mesa de negociaciones. Y los Montoneros apostaron duro: tiraron el de Rucci…Luego de la muerte de Perón pasan a la clandestinidad. Se acabó la política de superficie. Al acabarse, quedaron, precisamente, en la superficie todos los que había creído en una política territorial…; desde la clandestinidad , retomaron las operaciones armadas y comenzaron a apostar al golpe de Estado. Aquí entra la teoría de la hecatombe. Cuanto peor, mejor. Juzgaban que el gobierno peronista era un colchón que impedía al pueblo visualizar a las verdaderas fuerzas enfrentadas: Ejército y Guerrilla. No bien el pueblo viera esta antinomia optaría por la guerrilla y se uniría a la revolución montonera. Todo esto precipitó el golpe del 24 de marzo, tal como lo deseaban. Resulta muy difícil –cuando se piensa en este período y en las trágicas consecuencias que provocó- no repudiarlos visceralmente.
Durante este período –es decir a partir del pasaje a la clandestinidad- deja de existir lo que había sido (entre l969 y l973) la izquierda peronista. Quedan los Montoneros. Con su iluminismo, su vanguardismo, sus des varíos militaristas, su desdén por la vida y por las masas…”
Pido también sea citado como testigo el señor Martín Caparrós, quien en el artículo “El Peor acuerdo” publicado en el diario “Crítica digital.com”,el 25.07.2008, que se acompaña, ratificó la existencia del plan criminal escribiendo:
““Nunca hubiera pensado que alguna vez podía llegar a estar de acuerdo con el hijo de puta del ex general Luciano Benjamín Menéndez. Y sin embargo, ayer.
Ayer, en su alegato final, el ex Menéndez, ex jefe de una de las unidades militares más asesinas, el Tercer Cuerpo de Ejército, hombre de cuchillos tomar y de presos matar, peroró en su defensa. Dijo, en síntesis, que las fuerzas armadas argentinas pelearon y ganaron para “evitar el asalto de la subversión marxista”. Y yo también lo creo.
Con algunos matices. La subversión marxista –o más o menos marxista, de la que yo también formaba parte – quería, sin duda, asaltar el poder en la Argentina para cambiar radicalmente el orden social. No queríamos un país capitalista y democrático: queríamos una sociedad socialista, sin economía de mercado, sin desigualdades, sin explotadores ni explotados, y sin muchas precisiones acerca de la forma política que eso adoptaría –pero que, sin duda, no sería la “democracia burguesa” que condenábamos cada vez que podíamos.
Por eso estoy de acuerdo con el hijo de mil putas cuando dice que “los guerrilleros no pueden decir que actuaban en defensa de la democracia”. Tan de acuerdo que lo escribí por primera vez en 1993, cuando vi a Firmenich diciendo por televisión que los Montoneros peleábamos por la democracia: mentira cochina. Entonces escribí que creíamos muy sinceramente que la lucha armada era la única forma de llegar al poder, que incluso lo cantábamos: “Con las urnas al gobierno / con las armas al poder”, y que falsear la historia era lo peor que se les podía hacer a sus protagonistas: una forma de volver a desaparecer a los desaparecidos. Me indigné y, de tan indignado, quise escribir La voluntad para contar quiénes habían sido y qué querían realmente los militantes revolucionarios de los años sesentas y setentas.”
A los fines de dilucidar la existencia del plan criminal y el rol que el Estado Cubano tuvo en su planificación y desarrollo, pido se cite a declarar a Jorge Massetti(h), descendiente directo de Jorge Masetti, lugarteniente del Che Guevara en el foco guerrillero de Taco Ralo, quien en su libro “El Furor y el Delirio” confesara::
“Cuando observo la que fue mi vida, la de Tony, la de Patricio y la de tantos otros, caigo en la cuenta de que la revolución ha sido un pretexto para cometer las peores atrocidades quitándoles todo vestigio de culpabilidad. Nos escudábamos en la meta de la búsqueda de hacer el bien a la humanidad, meta que era una falacia, porque lo que contaba era la belleza estética de la acción. Éramos jóvenes irresponsables, aventureros; éramos una casta aparte, incluso aparte de los revolucionarios que operaban localmente en sus países, militantes que se vieron obligados a adoptar la lucha armada no como un hecho estético, sino obligados por las circunstancias políticas. Nosotros, en cambio, éramos una mezcla de James Bond, aderezados con unas gotas de un marxismo muy superficial , a quienes todo les estaba permitido – sobre todo vivir de manera diferente de como lo hacían los militantes que realizaban el oscuro y anónimo trabajo de masas- para construir una organización política. Éramos la avanzada de la Revolución cubana, los niños mimados de Fidel Castro y de Manuel Piñeiro, que no fuimos elegidos ni por nuestra inserción en las masas ni por nuestro espíritu de sacrificio cotidiano. Éramos elegidos por no pertenecer a nada, sin religión, ni bandera, con una capacidad de aventura muy desarrollada, y con un grado de cinismo no menos importante. Hoy puedo afirmar que por suerte no obtuvimos la victoria, porque de haber sido así, teniendo en cuenta nuestra formación y el grado de dependencia con Cuba, hubiéramos ahogado el continente en una barbarie generalizada. Una de nuestras consignas era hacer de la cordillera de los Andes la Sierra Maestra de América Latina, donde, primero, hubiéramos fusilado a los militares, después a los opositores, y luego a los compañeros que se opusieran a nuestro autoritarismo; y soy consciente de yo hubiera actuado de esa forma” .
III.- ATAQUE SISTEMÁTICO A LA POBLACIÓN CIVIL- AMENAZAS Y MATANZA DE NIÑOS:
Las Convenciones de Ginebra de l949 contienen una cláusula común (artículo tercero) en la cual se prevé que en caso de conflicto armado la población civil debe ser, en todas las circunstancias y supuestos, “tratada de manera compatible con los principios de humanidad y con los dictados de la conciencia pública, quedando explícitamente prohibidos los atentados contra la vida y contra la integridad de todos sus integrantes”.
El ataque sistemático a la población civil constituye uno de los elementos o conductas esenciales para tipificar la existencia de un crimen de lesa humanidad, correspondiendo recordar que el Fiscal General Palacín concluyó en su dictamen que “todo individuo indefenso, independientemente de su estado formal como miembro de una fuerza armada, debe considerarse civil. Quedan comprendidos quines no estén tomando parte activa en las hostilidades, incluyendo los miembros de las fuerzas armadas”.
El decreto 1368/ 74, firmado por la ex presidenta Maria Estela Martínez de Perón decretando el estado de sitio, constituye un elemento clave para la investigación, pues en éste se alude expresamente a la necesidad imperiosa de “erradicar expresiones de una barbarie patológica que se ha desatado como forma de un plan terrorista aleve y criminal contra la Nación toda”. Y como prueba cabal del ataque sistemático a la población civil, se denuncia en su texto que las amenazas del terrorismo guerrillero habían llegado al extremo de ser “dirigidas contra niños en edad escolar”.
Los firmantes de tal decreto han fallecido, salvo María Estela Martínez de Perón, pero se encuentran vivos los ministros Antonio Cafiero y Carlos Ruckauf, que el primero de octubre de l975 suscribieron – conjuntamente con el Presidente Provisional Ítalo Luder- el decreto 2717/75 prorrogando la vigencia del Estado de Sitio.
Pido entonces se los cite a declarar como testigos para exponer sobre las características y objetivos de tales amenazas a los niños y las razones que fundaron la declaración del estado de sitio y su prórroga .
Finalmente pido se cite a declarar como testigo a Miguel Bonasso, firmante del documento “Ante la crisis del partido. Reflexiones críticas y una propuesta de superación..” aportado por la Fiscal Pombo en la causa “Soldati”, y que se encuentra reservado en secretaría.
Fue suscripto por Miguel Bonasso , el 4.12.79, en ocasión de planificarse el atentado donde Guillermo W Klein y sus familia salvaron su vida por milagro.
Discutíase entonces si era lícito matar también a los hijos del funcionario.
El documento expresa:
“si nuestro objetivo era matar a toda la familia, implica un grave error de concepción porque no podemos actuar como agente sustitutivo del odio de clase. Cuando ese odio se exprese a nivel masivo pasará lo que tenga que pasar, pero serán las masas las que lo decidan o ejecuten…”.-
Las palabras, parecerían decir entrelíneas: “no los matemos ahora nosotros; dejemos que después los maten las masas”.
Se impone entonces que Bonasso clarifique qué es lo que las masas iban a decidir y ejecutar.
IV. PETITORIO:
1.- Se cite a declarar como testigos a los médicos firmantes de las autopsias que se encuentren vivos y al médico forense Osvaldo Raffo.
2. Se envíe al Cuerpo de Médicos Forenses de la CSJN las fs 375 a 381 del libro “Un Canto a la Patria” y la grabación que se adjuntará a la brevedad.
3. Se cite a declarar como testigos a José Pablo Feinmann, Jorge Masetti(h), Martín Caparrós, Antonio Cafiero, Carlos Ruckauf y Miguel Bonasso.
Será Justicia.
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