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El hombre que no se contenta con poco, no se contenta con nada.

Epicuro de Samos(frases)(pensamientos sobre la codicia)

La vida sin amor no vale nada;
la justicia sin amor te hace duro,
la inteligencia sin amor te hace cruel,
la amabilidad sin amor te hace hipócrita,
la fe sin amor te hace fanático.


autor: Madre Teresa de Calcuta

“El peor de los crímenes del ciudadano, la indiferencia”. Solón (c. 638 a.C.–558 a. C.), poeta, reformador y legislador ateniense, uno de los siete sabios de Grecia.
"No me preocupa el grito de los violentos, de los corruptos, de los deshonestos, de los sin ética. Lo que más me preocupa es el silencio de los buenos". -Martin Luther King-(1929-1968). ...
"No esperemos recompensa de nuestra fatiga y desvelos,y sí solo enemigos. Cuando no existamos, nos harán justicia". (José de San Martín).

martes, 1 de junio de 2010

NOTICIAS DE LA GUERRA:

lunes 31 de mayo de 2010

1 de junio de 1.970. Hace 40 años, Montoneros declaraba la guerra



3 de setiembre de 1974 - La Causa Peronista .

Cuenta Mario Firmenich, uno de los jefes del grupo terrorista argentino Montoneros:
“Metimos a Aramburu en un dormitorio, y ahí mismo esa noche le iniciamos el juicio. Lo sentamos en una cama y Fernando Abal Medina le dijo: - General Aramburu, usted está detenido por una organización revolucionaria peronista, que lo va a someter a juicio revolucionarlo.
Recién ahí pareció comprender. Pero lo único que dijo fue: - Bueno.
Su actitud era serena. Si estaba nervioso, se dominaba. Fernando lo fotografió así, sentado en la cama, sin saco ni corbata, contra la pared desnuda. Pero las fotos no salieron porque se rompió el rollo en la primera vuelta.
Para el juicio se utilizó un grabador.
El primer cargo que le hicimos fue el fusilamiento del General Valle y los otros patriotas que se alzaron con él, el 9 de junio de 1956. Al principio pretendió negar. Dijo que cuando sucedió eso él estaba de viaje en Rosario. Le leímos sílaba a sílaba los decretos 10.363 y 10.364, firmados por él, condenando a muerte a los sublevados. Le leímos la crónica de los fusilamientos de civiles en Lanús y José León Suárez.(...) Era ya la noche del 1ro. de junio. Le anunciamos que el Tribunal iba a deliberar. Desde ese momento no se le habló más. Lo atamos a la cama. Preguntó por qué. Le dijimos que no se preocupara. A la madrugada Fernando le comunicó la sentencia: - General, el Tribunal lo ha sentenciado a la pena de muerte. Va a ser ejecutado en media hora.
Ensayó conmovernos. Habló de la sangre que nosotros, muchachos jóvenes, íbamos a derramar. Cuando pasó la media hora lo desamarramos, lo sentamos en la cama y le atamos las manos a la espalda. Pidió que le atáramos los cordones de los zapatos. Lo hicimos. Preguntó si se podía afeitar. Le dijimos que no había utensilios. Lo llevamos por el pasillo interno de la casa en dirección al sótano. Pidió un confesor. Le dijimos que no podíamos traer un confesor porque las rutas estaban controladas.
- Si no pueden traer un confesor -dijo-, ¿cómo van a sacar mi cadáver? Avanzó dos o tres pasos más.
- ¿Qué va a pasar con mi familia?-, preguntó.
Se le dijo que no había nada contra ella, que se le entregarían sus pertenencias.
El sótano era tan viejo como la casa, tenía setenta años. Lo habíamos usado la primera vez en febrero del 69, para enterrar los fusiles expropiados en el Tiro Federal de Córdoba. La escalera se bamboleaba. Tuve que adelantarme para ayudar su descenso.
- Ah, me van a matar en el sótano-, dijo.
Bajamos. Le pusimos un pañuelo en la boca y lo colocamos contra la pared. El sótano era muy chico y la ejecución debía ser a pistola.
Fernando tomó sobre sí la tarea de ejecutarlo. Para él, el jefe debía asumir siempre la mayor responsabilidad. A mí me mandó arriba a golpear sobre una morsa con una llave, para disimular el ruido de los disparos.
- General -dijo Fernando-, vamos a proceder.
- Proceda - dijo Aramburu.
Fernando disparó la pistola 9 milímetros al pecho, Después hubo dos tiros de gracia, con la misma arma y uno con una 45. Fernando lo tapó con una manta. Nadie se animó a destaparlo mientras cavábamos el pozo en que íbamos a enterrarlo.
Después encontramos en el bolsillo de su saco lo que había estado escribiendo la noche del 31. Empezaba con un relato de su secuestro y terminaba con una exposición de su proyecto político. Describía a sus secuestradores como jóvenes peronistas bien intencionados pero equivocados. Eso confirmaba a su juicio, que si el país no tenía una salida institucional, el peronismo en pleno se volcaría a la lucha armada... “

Cinco por uno...
Todos los que investigaron el caso Aramburu murieron en forma violenta.
El subcomisario Osvaldo Sandoval fue asesinado por Montoneros el 13 de noviembre de 1970 mientras cargaba nafta en una estación de servicio. El comisario Alberto Villar, instructor del caso, fue asesinado por Montoneros el 1 de noviembre de 1.974 junto a su esposa en el Tigre. Y el General Jorge Esteban Cáceres Monié, fue asesinado junto a su esposa, el 3 de diciembre de 1.975 en Entre Ríos también por un comando de Montoneros.

Norma Arrostito fue la única mujer que estuvo en el grupo terrorista que secuestró y asesinó al General Aramburu. Era por entonces la pareja de Fernando Abal Medina.
Luego del asesinato de Aramburu, la Arrostito pasó mucho tiempo escondida. Todavía la recuerdan en la casa de una familia de Gualeguay de apellido Dunat. Ahí llegó recomendada por amigos de la familia. Cuentan los Dunat que Arrostito era una mujer culta, reservada, sin muchas palabras, que cuidaba a los chicos sin salir nunca a la calle. "Necesitaba mucho el trabajo", repetía con frecuencia. Varios meses estuvo Norma Arrostito cuidando a los "niños" Dunat. Una mañana, la Arrostito desapareció de la casa de los Dunat... recibió una llamada, y se fue con lo puesto. Sin avisar. A las pocas horas, una partida policial se presentó en la casa de los Dunat, que no salían de su asombro... curiosamente, en tiempos donde las comunicaciones eran lentas, alguien de Gualeguay alertó a la terrorista.
Los viejos Montoneros que aún hoy caminan las calles de Gualeguay... se vanaglorian en privado de haberle salvado el pellejo...

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