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La ciudadanía viene viendo con preocupación, cómo el manejo de causas judiciales que comprometen a figuras del Gobierno, terminan diluyéndose, en manos de Jueces que muy poco hacen para investigar a fondo, o directamente se encargan de sobreseer a Funcionarios del Gobierno, aún aquellos que están en una situación muy comprometida, y con evidencias a la vista de todos. También los argentinos, tienen que soportar una muy laxa Justicia, por sobre la delincuencia común, posibilitando, esta tendencia, la liberación de muy peligrosos delincuentes que en una alta proporción, terminan reincidiendo, con la comisión de muy graves hechos. La población está hasta de este tipo de acontecimientos. En el terreno de la Política, hay Jueces que están enquistados en la Justicia, y que han venido favoreciendo a todos los Gobiernos de turno. No dejan, además, lugares libres para los más jóvenes, ni los Políticos permiten que los echen, a pesar de las pruebas que pudiera haber en su contra, porque consideran que son útiles a la hora de liberarse de graves problemas. Hay un caso emblemático, en este sentido, representado por el inefable Juez que termina actuando en casi todas las causas judiciales en las que aparece involucrado algún alto Funcionario Político. Cuando los Jueces no son “comprables” no les sirven a los Políticos. De allí que, como en el caso aludido en el párrafo anterior, si el Magistrado no es decente, y si existen importantes pruebas de que no lo es, tanto mejor, porque es más susceptible de ser extorsionado, y de hecho es lo que estaría sucediendo en el caso que se menciona. Aunque no es el único, por cierto, de los Jueces que actúan en el ámbito Federal, remarcándose la existencia de otros, muy distintos, absolutamente limpios, que deben sobrellevar su vida y su trabajo, en ese marco de corrupción y de amenazas constantes, porque suele suceder que cuando el Juez o el Fiscal son honestos y no hay forma de quitarlos de en medio, se inventa alguna denuncia, al estilo de lo que el Gobierno también hace cuando encuentra escollos entre los Políticos decentes. Ningún país puede sobrevivir con una Justicia corrupta. Habría centenares de ejemplos que así lo demuestran. La Argentina tuvo épocas difíciles, además de la actual, en ese sentido. Y siempre hubo Jueces que hasta dieron su vida por su trabajo, al que consideraron una misión. Pueden darse nombres de Jueces abatidos por el terrorismo de los años setenta, por cumplir con su deber. Además, no hay decoro en el comportamiento social de algunos Jueces, y especialmente éstos, no se cuidan de tejer amistades con personajes del poder, tanto político como económico, impropios para alguien que en algún momento deberán juzgar a los mismos, dada su alta exposición pública por su constante actuación en temas calientes de sus respectivas materias. Son consideraciones, especialmente estas últimas, que no se tienen en cuenta a la hora de formularles críticas a los Jueces y Fiscales. Sí, por ejemplo, se multiplicaron los comentarios, en los últimos días, acerca de la postura que adoptó NORBERTO OYARBIDE en una fiesta que tomó estado público, donde aparece festejando a un cantante famoso, de origen cordobés. Ese tipo de hechos son también para ser considerados como negativos, de parte de altos funcionarios judiciales, pero quedan empequeñecidos al lado de otro tipo de actitudes que tienen estos, en sus relaciones privadas, entre Empresarios y Políticos. Es que los Jueces, al igual que los Políticos de la Argentina, suelen usar sus cargos para enriquecerse y usufructuar el prestigio de los mismos. Los Senadores y Diputados, y mucho más los Ministros, disfrutan enormemente, mientras permanecen en sus puestos, de todas las prerrogativas, que no son pocas, que les brinda su función, cuando esta, en realidad, debería estar dedicada a quienes les pagan sus sueldos. Pareciera una ingenuidad expresar las presentes cuestiones, en estas alturas, pero sin embargo es por donde se debe empezar a trabajar, porque, al estilo de lo aplicado en los Estados Unidos cuando se impuso el sistema denominado “Delincuencia cero”, o de “Ventanas rotas”, lo que se buscó es impedir o castigar hasta las mínimas faltas que los delincuentes cometían, para así luego también poner un límite a las más graves. Aquí los Jueces vienen acostumbrándose a hechos indebidos, desde los más simples, como los referidos a su vida social, hasta los más graves como avalar, con sus fallos o influencias, a la corrupción. Una tarea más para los argentinos, esta de crear los mecanismos o defensas para una mejor selección de Jueces, y de vigilancia sobre su comportamiento, que no debe demorar ... Fuente: Enfoques Positivos Publicado por Miguel... |
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