EL PATRIOTA Y MÁRTIR***sábado 21 de agosto de 2010
Larrabure: El EJEMPLO que sí fue
Hoy, Argentina es un país donde parte de la historia se ha escondido celosa y cuidadosamente debajo de la alfombra. En Argentina, en nuestra querida Argentina, los “guardianes de la historia” llevan varias décadas intentando esconder este tipo de historias que son Ejemplo. Así, con mayúsculas.
Argentino del Valle Larrabure y su familia
Hoy, cuando en nuestro país se habla de terrorismo, todos los caminos, todas las palabras apuntan lejos. Colombia, España, Medio Oriente… Irak.
Hoy, cuando en nuestro país se señalan ejemplos con homenajes de “Estado”, rápidamente se inflan historias huecas, y se esconden prolijamente los ejemplos de vida, de valor, de honor, de Valores, de patriotismo, de lealtad, de FE y de Grandeza de este Hombre: Argentino del Valle Larrabure.
No es muy difícil adivinar porqué, si uno echa un vistazo a la dirigencia que nos marca el camino desde el altar de la prepotencia.
Los buenos ejemplos, en una sociedad corrupta y vacía de valores, molestan. Molestan y mucho, pues los buenos ejemplos repican en lo profundo de la conciencia. Esa conciencia que uno puede acallar con los ruidos del día, pero que invariablemente nos asalta en el silencio de la noche para avisarnos lo que es correcto.
Este lunes 23 de agosto, se cumplen 35 años del asesinato del Coronel Argentino del Valle Larrabure. Los mayores seguramente recordarán la historia. Algunos ex terroristas de los varios que caminan las calles de Gualeguay y de Argentina… y del mundo, tal vez se hayan mofado del caso en alguna reunión entre “cumpas de militancia”. Pero la mayoría de los que hoy se detienen en estas letras, estoy seguro, desconocen su historia.
El calvario, el martirio de Larrabure comenzó el 12 de agosto de 1974. Sí, en pleno gobierno peronista, democrático, legítimo, “popular” o como quieran llamarlo, un grupo de terroristas altamente profesionales entró a la fábrica militar de Villa María en la provincia de Córdoba a sangre y fuego. Amparados en la sangre fría de la sorpresa. Con la complicidad de la oscura madrugada y la negra traición de un soldado de guardia cuyo nombre conviene no olvidar, Mario Antonio Pettigiani, los terroristas entraron a la Fábrica Militar de Pólvoras y Explosivos. Eran 70 terroristas del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP). Hombre y mujeres, jóvenes muy jóvenes y otros no tanto, fuertemente armados y vestidos con uniformes militares. Llevaban en su cuello un pañuelo colorado.
Se apoderaron de armamentos, municiones y uniformes militares, y tomaron como rehenes al Mayor Argentino del Valle Larrabure, y al Capitán Roberto García. Intentaron hacer lo mismo con el director de la fábrica, el Teniente Coronel Osvaldo Jorge Guardone, pero no pudieron con su resistencia armada. Al capitán García, lo tiraron más tarde en la ruta… gravemente herido, los terroristas lo creyeron muerto.
Esa noche murió el suboficial Cuello, de la policía de Córdoba, que tenía 32 años, era casado y padre de un hijo; le dispararon con una escopeta. Heridos quedaron Pedro Aguilera, Juan Carlos Gutiérrez y Juan Bruno, el oficial de la policía Miguel Ángel Liendo, el suboficial mayor del Ejército Ramón Albornoz, el oficial policial Miguel Ángel Moral y el soldado conscripto Juan Carlos Fernández, a quién Pettiggiani, el soldado traidor, le tiró dos tiros a quemarropa, con la frialdad de los malparidos.
Desde entonces, Argentino del Valle Larrabure estuvo secuestrado. Algunas cartas, varios contactos, la búsqueda infructuosa. Hasta que el 23 de agosto de 1.975 alguien llamó a la policía en Rosario: “ahí tienen un bulto que les va a interesar”.
El “bulto” era el cuerpo de Larrabure. Un cadáver con 47 kilos menos, signos de tortura, y de haber estado en una heladera. La mayor parte del calvario de Larrabure fue en Pasaje Bariloche y Garay, una casa de un barrio rosarino donde los terroristas tenían dos sótanos para sus secuestrados. Varios de sus carceleros, son homenajeados hoy en el “Parque de la Memoria” de la ciudad de Buenos Aires con placas que llevan sus nombres sí, pero que esconden prolijamente sus asesinatos.
En este pozo estuvo un año secuestrado
El secuestro de Argentino del Valle Larrabure fue el más extenso de la historia Argentina y Arturo, su hijo, que por entonces tenía 14 años, nos habla desde su dolor de Víctima…
Arturo, ¿cómo vivió la familia aquél año de cautiverio?
Fue realmente un horror, al principio creíamos que iba a ser un secuestro corto, imaginábamos que cuando conocieran bien a mi padre se darían cuenta que estaban en un error, que se habían llevado a un hombre que no estaba interesado en política, que su faz era eminentemente técnica, que creía en la democracia como el mejor gobierno aún sus falencias, que no tenía un pasado relacionado con ningún acontecimiento trágico de la Argentina, en fin, creíamos que el tiempo traería la cordura y la razón a quienes se lo habían llevado.
Con el transcurrir de los días y meses siguientes comprendíamos que no era la persona que le interesaba al ERP, sí el cargo, la profesión o lo que representaba, era un ataque directamente a las FFAA.
¿Tuvieron durante el secuestro algún contacto con la gente del ERP?
Sí, varios, ya que como familia hicimos todo lo posible para que se realizara un canje.
¿Tuvieron por entonces apoyo del gobierno?
Tuvimos apoyo del Ministerio de Defensa, del Ejército Argentino, de las FFAA armadas en su totalidad, pero no específicamente del gobierno, es más se pidió una entrevista a la presidente de la República, por entonces María Estela Martínez de Perón y cuando mi madre y hermana estaban listas y preparadas para ir, la reunión se postergó, llevaba ya mi padre casi un año de secuestro.
Supongo que es un duro trance para un adolescente de 14 años, pero también para toda la familia... ¿cómo recuerda el momento en que les dieron la noticia de la muerte de su padre?
Una tristeza, un no comprender absoluto, el golpe más duro de mi vida, un antes y un después, un finalizar una etapa y comenzar una nueva, pero ya sin padre, sin guía, viendo a mi madre sumida en la desesperación, en el no querer vivir, no desear alimentarse, cuando me lo dijeron lloré desconsoladamente, me llevaron a la casa de una vecina, me dormí llorando y entre lágrimas rezaba por el alma de mi padre.
¿El Estado los acompañó psicológicamente?
No, jamás nos dio apoyo psicológico.
¿En qué situación están hoy las Víctimas del terrorismo de Argentina?
Olvidadas, despreciadas, hundidas en una afanosa búsqueda por la verdad histórica, deseando encontrar quienes nos escuchen, quienes nos ayuden, pero el Estado Argentino nos ignora totalmente, para ellos no existimos, somos los nuevos "desaparecidos" de la historia argentina.
¿Alguna vez se preguntó porqué su padre?
Aún tengo demasiados interrogantes por qué mi padre, lucho por encontrar absolutamente toda la verdad, la justicia debería traerme todas las respuestas.
Su padre murió pidiéndole a ustedes, su familia, que perdonen a quienes finalmente lo asesinaron... ¿cómo piensa usted que se puede dar una "reconciliación verdadera" en Argentina?
Cuando políticos, educadores, periodistas, terroristas, militares y pueblo en general comprendan que ha llegado el momento de cerrar definitivamente las heridas, aceptando cada uno sus errores del pasado, haciendo cada cual su mea culpa, su arrepentimiento si la tuviera, mirando hacia adelante en pos de un objetivo común y superior que es la grandeza de la Patria.
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Arturo habla con la serenidad del que ha sabido perdonar desde lo más profundo. Ahí está patente el ejemplo vivo de su padre muerto.
Para que se entienda la dimensión del ejemplo Larrabure. Al Coronel Argentino del Valle Larrabure lo secuestraron durante 372 días. Lo drogaron, lo torturaron… lo asesinaron. Quisieron convencerlo para que hiciera explosivos para los terroristas. Se negó. Todo ocurrió durante el gobierno peronista de la viuda del general Perón.
El grupo terroristas que tenía líderes como Mario Roberto Santucho y Enrique Gorriarán Merlo, asesinó finalmente a Larrabure. Lo estranguló. Así de sencillo. Otro de los secuestrados en el pozo de al lado, comentó luego que Larrabure murió cantando el Himno.
Todo el material escrito por Larrabure, es un ejemplo de Cristianos Valores y de Dignidad sin precedentes en la historia reciente de nuestro país.
Larrabure es un ejemplo que NO CONVIENE. Por eso en los últimos años, como la causa judicial por su secuestro y asesinato avanza a pesar de las presiones, recordemos que el Dr. Luis E. Duhalde, Secretario de Derechos Humanos de Argentina fue abogado del ERP en los años 70, y que el jefe de los fiscales, el Dr. Righi fue en los 70 el brazo ejecutor que liberó a todos los terroristas encarcelados en Argentina, la historia “oficial” ha comenzado la tarea cobarde de mentir. Y como los 372 días de secuestro y de torturas no se pueden mentir, la mentira de la historia oficial intenta contar que Larrabure se “suicidó”.
Yo estoy convencido que a Larrabure los terroristas lo asesinaron el 22 de agosto, una fecha muy cara para el ojo por ojo del Erp, y lo tiraron un 23 de agosto en una zanja… como un mensaje.
El “Ejemplo Larrabure” es el Ejemplo que sí fue. Argentino del Valle Larrabure venció finalmente a sus asesinos. Los venció desde su tumba. Los venció con su ejemplo de Perdón. Los venció con su mensaje de Reconciliación. Los venció con su ejemplo de Amor. Los venció con su Fe inquebrantable. Los venció con su amor a la Patria, que es como un Canto de argentinidad. Los venció en la memoria, enarbolada de manera ejemplar por su hijo Arturo. Los venció con su Valor. Los venció con su entereza sin fisuras.
Los venció con su muerte… y nos dejó el ejemplo resumido en unas pocas palabras escritas durante su secuestro en ese pozo mugriento, oscuro y sin aire:
“A Dios, que con tu sabiduría omnipotente has determinado este derrotero de calvario, a ti invoco permanentemente para que me des fuerzas. A mí muy amada esposa, para que sobrepongas tu abatido espíritu por la fe en Dios. A mis hijos, para que sepan perdonar. Al Ejército Argentino, para que fiel a su tradición mantenga enhiesto y orgulloso los colores patrios.
Al pueblo argentino, dirigentes y dirigidos, para que la sangre inútilmente derramada los conmueva a la reflexión para dilucidar y determinar con claridad que somos hombres capaces de modelar nuestro destino, sin amparo de ideas y formas de vida foráneas totalmente ajenas a la formación del hombre argentino. A mi tierra argentina, ubérrima y acogedora, escenario infausto de luchas fratricida, para que cobije mi cuerpo y me dé paz.”
Si me preguntan a mí, les diré que el testimonio de Argentino del Valle Larrabure en su martirio, es el testimonio de un Patriota digno del bronce, y el de un Santo digno de altares.
Larrabure es el ejemplo que molesta… simplemente, porque marca el camino correcto.
Horacio Ricardo Palma
nota para El Día de Gualeguay
Gualeguay
Entre Rios
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