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El hombre que no se contenta con poco, no se contenta con nada.

Epicuro de Samos(frases)(pensamientos sobre la codicia)

La vida sin amor no vale nada;
la justicia sin amor te hace duro,
la inteligencia sin amor te hace cruel,
la amabilidad sin amor te hace hipócrita,
la fe sin amor te hace fanático.


autor: Madre Teresa de Calcuta

“El peor de los crímenes del ciudadano, la indiferencia”. Solón (c. 638 a.C.–558 a. C.), poeta, reformador y legislador ateniense, uno de los siete sabios de Grecia.
"No me preocupa el grito de los violentos, de los corruptos, de los deshonestos, de los sin ética. Lo que más me preocupa es el silencio de los buenos". -Martin Luther King-(1929-1968). ...
"No esperemos recompensa de nuestra fatiga y desvelos,y sí solo enemigos. Cuando no existamos, nos harán justicia". (José de San Martín).

jueves, 3 de febrero de 2011

" ISRAEL "...Temeroso del avance del islamismo, denomina " caos " a una futura democracia en Egipto...

Los miedos de Israel

El primer ministro israelí declaró que "solo el caos puede propiciar que los islamistas lleguen al poder”. El ejército asegura la frontera egipcia por miedo a una infiltración terrorista del Sinaí. ¿La paz con Israel y la democracia árabe son compatibles?


  • Benjamín Netanjahu, Benjamín Netanjahu,

En Israel nada se dice oficialmente de la crisis por la que está pasando el presidente de Egipto, Hosni Mubarak, pese a la importancia que tiene la nación árabe en la definición de la dinámica política regional.

El primer ministro israelí, Benjamín Netanjahu, ha impuesto una veda declarativa sobre lo que pasa en la vecina nación árabe y hasta ahora la única observación que él se ha permitido es decir que "sigue ansiosamente"

Sin embargo, Israel debe ser el país del Medio Oriente donde más preocupa el desarrollo de los eventos, por las posibles consecuencias en el futuro equilibrio de poder regional y en el proceso de negociaciones con los palestinos.

Las gestiones y las preocupaciones que desde Washington ha expresado Estados Unidos tienen como motivación central la suerte de los israelíes, su principal aliado en la región.
Viejo hombre conocido

El nombramiento de Omar Suleiman como vicepresidente egipcio da cierto alivio en Israel, donde confían en quien fuera hasta el fin de semana pasado jefe de los servicios de inteligencia y quien ahora es potencial jefe de un futuro gobierno de transición.

Aunque Suleiman es una figura muy conocida en el gobierno israelí, el aval que le dio el ex presidente estadounidense, Jimmy Carter -promotor del acuerdo de paz egipcio-israelí en 1979- puede resultar reconfortante para muchos israelíes.

"Es un hombre inteligente que me gusta mucho", comentó este domingo Carter en una iglesia del pueblo de Plain, Georgia, donde dicta clases dominicales, según informó la Radio Pública Nacional estadounidense.

Pero el problema para la estabilidad política egipcia y para el gobierno israelí, es que Suleiman es un hombre notable del "viejo régimen" al que los manifestantes quieren derribar.

Si Suleiman capeara con éxito el temporal, su función sería sólo administrar la transición hacia un nuevo gobierno, en el que una eventual mayor apertura democrática permitiría el surgimiento en la escena de sectores potencialmente menos amigables hacia Israel, principalmente la Hermandad Musulmana.

"Más militante y radical"

El grupo político más temido en Israel es justamente el mayor partido de la oposición a Mubarak: los Hermanos Musulmanes, una organización legalmente proscrita, pero que funciona bajo cierta tolerancia gubernamental y que tiene gran arraigo en el país.

Con ese temor en mente, rompiendo el silencio oficial, el legislador laborista y ex ministro de Defensa, Benjamín Ben-Eliezer, advirtió que la región enfrenta la posibilidad de "un régimen completamente diferente, uno que es mucho más radical islamista".

"Habrá un nuevo orden en el Medio Oriente. Se hará más extremo, militante y radical hacia Israel", dijo este lunes Ben-Eliezer en declaraciones a un canal de televisión israelí.

El influyente político aseguró haber llegado a la conclusión de que "no tomamos ventaja del potencial para acuerdos cuando el Medio Oriente era más moderado".

Sin embargo, el ex ministro de Defensa, dijo que "no hay que entrar en pánico" porque considera que el acuerdo de paz con Egipto se mantendrá, independientemente de quien asuma el poder, "salvo en el caso de extremistas islámicos como los Hermanos Musulmanes".

Sin poder de decisión

Por lo pronto, la crisis egipcia puede profundizar el estancamiento del proceso de paz entre palestinos e israelíes, como reconoció el ex primer ministro británico Tony Blair, enviado especial para la región.

Ese efecto se analizará, sin duda, la próxima semana, cuando se reúna el llamado Cuarteto de Naciones (USA, Unión Europea, Rusia y Naciones Unidas) que promueven el diálogo entre ambas partes.

"Un Egipto debilitado, preocupado con asuntos internos, augura malos tiempos para el sector pragmático que apoya el proceso político y alentaría al sector radical que promueve la destrucción de Israel", escribió Shmuel Even, en el sitio web del Instituto de Estudios de Seguridad Nacional de la Universidad de Tel Aviv.

Sin embargo, Even reconoce "sabiduría" en la parquedad oficial israelí frente al caso egipcio, señalando que "en la crisis actual, Israel no tiene la capacidad ni la razón para intervenir, y los altos funcionarios israelíes harían bien en demostrar control".

Favores históricos

Cuando en 1979 Israel y Egipto firmaron la paz, otros poderes regionales cesaron en su hostilidad -aunque sólo Jordania siguió el ejemplo y pactó la paz con su antiguo enemigo- dándole al estado judío el oxígeno que no había tenido desde que se fundó en 1948.
Desde entonces Egipto se convirtió en el abanderado de la moderación en la política regional, promoviendo, y en más de una ocasión acogiendo, las conversaciones entre palestinos e israelíes.

Cuando en 1981 el presidente egipcio Anwar El Sadat fue asesinado por militares radicales contrarios al proceso de paz, su segundo, Mubarak, disipó rápidamente las dudas sobre el futuro de los acuerdos al asumir el poder.

De acuerdo con datos publicados este lunes (31/01) por el diario The New York Times, Israel redujo su presupuesto de defensa del 23% de 1979 al actual 9% del producto interno bruto, en buena medida por la confianza de que las Fuerzas Armadas egipcias ya no eran una amenaza.

Sin pronunciarse sobre el fondo de la crisis del vecino país, el presidente israelí, Simon Peres, reconoció que "siempre hemos tenido y todavía tenemos un gran respeto" por Mubarak

"No digo que todo lo que hizo ha sido lo correcto, pero hizo una cosa por la cual todos nosotros le estamos agradecidos: mantuvo la paz en el Medio Oriente".

En tanto, los temores de un gobierno egipcio “a la iraní” también cimbraron a la administración de Benjamin Netanyahu. Según el diario israelí Haaretz, Tel Aviv le habría hecho llegar un mensaje a USA y la Unión Europea pidiéndoles apoyar la estabilidad del régimen de Mubarak. Así se pronunciaron ayer (31/01) los europeos desde Bruselas llamando a Mubarak a comprometerse sin dilación con la oposición con verdaderas reformas democráticas y a convocar elecciones libres.

Pero no es esto lo que están exigiendo los egipcios.

A lo máximo que puede apirar Israel es a una transicion ordenada... ¿pero hacía que?

Ese interrogante da lugar a uno más profundo que Moshe Arens para el diario Haaretz de Israel plantea hoy (1/02) en su editorial que aquí reproducimos:

“¿Israel sólo puede hacer las paces con dictadores?
el caso.
El acuerdo implícito es que es más fácil para un dictador cumplir con las condiciones fundamentales exigibles por Israel y una tarea casi imposible para un gobierno árabe elegido democráticamente.

‘La paz se hace con tus enemigos’. Este eslogan sin sentido, repetido una y otra vez por el más vocal de los israelíes, debe, a decir verdad, sustituirse por 'la paz se hace con los dictadores'.

Esta triste verdad viene a la mente al presenciar los eventos que se desarrollan en Egipto y me pregunto si nuestro tratado de paz con El Cairo se mantendrá incluso si el presidente Hosni Mubarak es derrocado.

La triste realidad es que los 2 tratados de paz que Israel ha firmado hasta el momento - con Egipto y el otro con Jordania - fueron firmados con los dictadores: Anwar Sadat y el rey Hussein.

Es más, las negociaciones que por un tiempo albergaban la promesa de llegar a un acuerdo de paz - con Siria y con la Organización de Liberación de Palestina - se llevaron a cabo también con dictadores indeseables. Cualquier persona que metió su nariz en estas negociaciones recuerda que 'la paz se hace con los enemigos'.

De haber existido la opción para Israel, Israel, por supuesto, habría preferido hacer la paz con un vecino democrático, pero esa opción ni siquiera figuraba en el horizonte, teniendo en cuenta el estado de cosas en el mundo árabe en los años desde que se estableció Israel.

La pregunta que los israelíes se preguntan en este momento es si el régimen de Hosni Mubarak fuese a ser reemplazado por un gobierno democráticamente elegido en Egipto, si este gobierno seguirá manteniendo el tratado de paz firmado hace ya 32 años con Israel.

A pesar de que las concesiones territoriales por parte de Israel han sido promocionadas como el elemento principal de cualquier acuerdo con un país árabe vecino, en realidad, 2 son los requisitos fundamentales que han sido siempre condiciones necesarias para Israel.

La primera condición era que el acuerdo debe poner fin a cualquier reclamación futura contra Israel. En otras palabras, que el acuerdo de paz con Israel constituya el final del conflicto. La segunda condición es que los árabes firmantes tengan la capacidad para luchar eficazmente contra las actividades terroristas que puedan ser dirigidas contra Israel desde su territorio.

Estas son condiciones que un dictador, si así lo desease, posiblemente podría satisfacer. Su insistencia para que el conflicto se termine podría hacerse para dominar el discurso público sobre el tema en su país, mientras que se podría confiar en que su fuerza policial y los servicios de inteligencia reprimiesen cualquier actividad terrorista que podría ser dirigida en contra de Israel.

Sadat y el Egipto de Mubarak, reunían este requisito, al igual que en Jordania el rey Hussein y su sucesor, el rey Abdullah.

Se suponía, con razón, durante las negociaciones con Hafez Assad de Siria y Yasser Arafat de la OLP que ambos también podían cumplir estas condiciones. Después de todo, ambos eran dictadores y han demostrado en ocasiones que sabían cómo ejercer el poder absoluto, cuando así lo deseaban.

Resultó, sin embargo, que las demandas territoriales de Assad no podían ser satisfechas por un gobierno israelí, y Arafat no tenía intenciones de llegar al fin del conflicto palestino-israelí.

Los gobiernos israelíes nunca han insistido en que se negociará sólo con un gobierno árabe elegido democráticamente. El supuesto implícito era que probablemente sería más fácil para una dictadura satisfacer las condiciones fundamentales de Israel, tarea casi imposible para un gobierno árabe elegido democráticamente.

Entonces, ¿dónde nos deja esto con Mahmoud Abbas? ¿Tiene la autoridad y la capacidad para poner fin al conflicto palestino-israelí? Cualquier evaluación realista de su posición entre la población palestina en Judea y Samaria y Gaza lleva a la conclusión de que no puede cumplir con esta condición.

La indicación más evidente de esto es que no habla por la población de Gaza, que está regido por un gobierno "democráticamente" elegido - Hamas. Su posición en Judea y Samaria es también débil.

En cuanto a la supresión de la actividad terrorista contra Israel, es obvio que no tiene esa capacidad. Aunque Abbas apenas pasa la prueba de la gobernabilidad democrática, ¿preferiríamos un régimen dictatorial palestino? ¿Le desearíamos eso a los palestinos?

Pareciera que la primera prueba de la influencia democrática en el mundo árabe en el proceso de paz puede entrar en Egipto. Lo estaremos esperando en suspenso para ver los resultados si la democracia finalmente surge".
Fuente:RADIO MIAMI
Publicado por Miguel...

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