" LA ONU"...Hipocresía sin límites...

Hipocresía de la ONU

Los argentinos seguimos encarcelando a quienes lucharon contra el terrorismo porque somos "defensores de los derechos humanos". Con nuestro trabajo e impuestos enriquecemos a muchos de esos "defensores" y les regalamos imponentes “museos de memoria”.   Por Darío

Los acontecimientos mundiales siempre nos terminan sorprendiendo, la mayoría de las veces mal. Hipocresía debe ser la palabra que más se ha usado en estos últimos años. Lo triste es que nuestro país la ha utilizado como una forma de vida y el kirchnerismo como una forma de gobernar. De lo cual surgen contradicciones inevitables e inocultables de manera constante, lo cual hace que la población las asimile de manera natural e indiferente. Pero si alguien cree que es un hecho aislado que ocurre sólo en Argentina se equivoca y mucho. Sin entrar en detalles y discusiones filosóficas, podemos ver que organizaciones con fines idealistas son utilizadas de manera desaprensiva para conseguir otros objetivos. Un ejemplo claro son aquellas que están ligadas con los derechos humanos. Quien más, quien menos, se siente tocado en sus sentimientos cuando se relatan agresiones hacia las personas. Los terroristas-víctimas-testigos que desfilan acusadores por los tribunales orales de los juzgados federales de nuestro país han mantenido un argumento armado del cual casi no se han apartado. Fueron detenidos por pensar distinto, sometidos a terribles torturas que no lograron arrancarles confesión alguna y nunca delataron a sus compañeros, los militares y policías eran todos sicópatas. Lo paradójico es la cantidad que hay de sobrevivientes, como se autodenominan, teniendo en cuenta esas demenciales personalidades. Luego de increíbles relatos, al notar que pueden mentir con total impunidad, que a los abogados defensores les está vedado preguntarles detalles, se animan reconociendo que formaban parte de organizaciones terroristas como "montoneros" o "erp", manifestando que eran estructuras militares, con jerarquías y cadena de mandos, que formaban células, y que "inocentes organizaciones periféricas" eran parte de esa estructura para la guerra. Muchos testigos terminan dirigiéndose a los jueces con un impertinente "soy montonero, y qué!!! Luego se retiran entre aplausos de los suyos cantando canciones alegóricas a esa organización a la cual hoy siguen perteneciendo y el tribunal con pasividad increíble mira para otro lado con una sorpresiva sordera colectiva. Esta triste actualidad donde la justicia ha sido amordazada por la venganza tiene sus cómplices internacionales. Los últimos hechos sucedidos en medio oriente desnudan esa complicidad y esa hipocresía desvergonzada que nos abofetea diariamente. Una noticia desapercibida dice que la ONU expulsó a Libia del Consejo de Derechos Humanos. Este hecho sorprendente para los ciudadanos comunes nunca hubiese llegado a conocerse a no ser por los acontecimientos extraordinarios que sufre ese país, donde gobierna desde hace treinta y cuatro años Kadafi. La presidente Cristina Kirchner estableció un paralelo con el tirano, el cual dice gobernar mediante una "democracia directa", una peculiar forma para definir un régimen dictatorial. Pero aún queda más para el asombro y la vergüenza de las Naciones Unidas, el ahora llamado Consejo tiene dentro de sus cuarenta y siete miembros algunas naciones sorprendentes. Cuba ocupa una de las vicepresidencias, con Castro en el poder desde hace cincuenta años, exportador de guerrilleros terroristas. China es otra de las naciones insólitas que integran este organismo. Luego hay algún sultanato, califato, emirato y monarquía absoluta como Bahrein, Maldivas, Mauritania, Qatar, Jordania y Arabia Saudita. Esta última resume la hipocresía de la ONU. Está severamente cuestionada por conocidas organizaciones de derechos humanos, su rey Abdullah ofreció asilo a Zine El Abidine Ben Alí derrocado en Túnez y a Hosni Murabak de igual suerte en Egipto. Los tribunales saudíes imponen penas corporales, como pueden ser la amputación de las manos o los pies en caso de robo o el azote por realizar prácticas sodomitas o cometer delitos menores. El número de latigazos lo establece la corte y puede ser de varias docenas hasta miles, normalmente aplicados sobre períodos de semanas o meses. En 2002 el Comité contra la Tortura de las Naciones Unidas (CAT) condenó estas prácticas, a lo cual el Gobierno saudí respondió que dichas prácticas formaban parte de la tradición islámica que data de hace 1.400 años y rechazó cualquier interferencia con su sistema penal. Existe una policía religiosa que vigila la modestia en el vestir de las mujeres y muchas instituciones, desde escuelas hasta ministerios, y existe segregación en función del sexo. La sodomía es un delito y puede acarrear hasta pena de muerte. Queda demostrado que los derechos humanos son utilizados de acuerdo a una conveniencia mundial. Mientras tanto los argentinos seguimos encarcelando a quienes lucharon contra el terrorismo porque somos "defensores de los derechos humanos". Con nuestro trabajo e impuestos enriquecemos a muchos de esos "defensores" y les regalamos imponentes museos de memoria.   Más información www.politicaydesarrollo.com.ar Publicado por Miguel...