MIENTE, MIENTE, QUE ALGO QUEDARÁ...

El gobierno montonero
	Kirchner comenzó engañando al país desde inclusive antes de asumir la primera magistratura en Mayo del 2003. Ocultó perfectamente sus antecedentes y los de su esposa relacionado con esa organización terrorista- subversiva.   Por el Dr. Alfredo Raúl Weinstabl
El ex presidente militó siendo estudiante universitario la Federación Universitaria de la Revolución Nacional (FURN) y fue dirigente estudiantil de segundo nivel de la organización Montoneros en la Facultad de Derecho en donde estudiaba.   Poco después del golpe cívico-militar del 76 los Kirchner, regresaron y se radicaron en la Patagonia temerosos de alguna eventual acción o persecución del gobierno militar.   Este “combativo matrimonio”, adoptando un perfil bajo, optó por dedicarse a sus negocios.   Como todo en la historia de los Kirchner lo que ahora dicen o hacen, tiene un alto grado de fantasía, magnificando o directamente fabulando una realidad inexistente.   Tanto Kirchner como Cristina reiteradamente manifestaron que fueron varias veces detenidos y que vivían prácticamente en un exilio interno. También que habían sido objeto de diferentes atentados. En una oportunidad le habían puesto una bomba en su estudio de abogacía “que afortunadamente no explotó” y que en otra ocasión intentaron incendiar su oficina.   Por supuesto toda esta historia pertenece a la imaginación febril de esta pareja.   En sus relaciones con la FF.AA, durante el largo tiempo de su desempeño al frente de la intendencia de Rio Gallegos y luego como gobernador de la provincia de Santa Cruz, fueron excelentes durante todo ese lapso. En ningún momento se lo escucho hablar de los Derechos Humanos o mayores críticas a la guerra contra revolucionaria desarrollada en la década del 70.   Concretamente tanto él como su consorte no mostraron su ideología hasta estar en el poder.   Como podemos apreciar ya desde ese entonces engañaban hábilmente a la ciudadanía.   Pero como no podía ser de otra manera, luego los Kirchner actuaron en forma absolutamente contraria a lo que lo hacen en general los revolucionarios cuando alcanzan el poder.   “Los luchadores por la libertad”, los antiguos terroristas, cuando alcanzan por un medio u otro el poder, adoptan un perfil muy bajo tratando de minimizar u ocultar su pasado de asesinos, pone bombas, asaltantes de bancos u comisarías y secuestradores de personas acaudaladas en las tristemente conocidas “cárceles del Pueblo” para pedir rescate para la “causa”.   Así lo hicieron la mayoría de los terroristas de aquel entonces y que ahora se encuentran encaramados en el poder.   Los Kirchner hicieron exactamente al revés. Llegaron al poder y empezaron a proclamar a los cuatro vientos su ideología izquierdista relacionada con esa organización subversiva. Primero tímidamente, luego con firmeza y engañosa convicción.   Pensaron que habían encontrado un filón, una forma de ganarse al pueblo y aumentar su imagen y prestigio, al fabular su participación y simpatía con esas bandas de delincuentes.   Comenzaron a apoyar y manipular a los organismos de Derechos Humanos y a las organizaciones de Madres y Abuelas de Plaza de Mayo y otras similares.   Pero aquí surge otro engaño al pueblo argentino. Su apoyo a esas organizaciones se debió más al importante rédito político que ello le proporcionaba y no al verdadero sentimiento humanista que los alineaba con ellos.   No solo rédito política, sino también un excelente negocio de una impresionante rentabilidad económica.   Los Kirchner simulan ser de izquierda, pero no lo son. Tampoco son progresistas ni de derecha. Son pragmáticos. Hacen lo que les conviene personalmente. Son personas sin convicciones ni moral y sin un atisbo de un mínimo de ética política que es inherente a todo sistema democrático.   Pero además de pragmáticos son hipócritas y mentirosos. Lo que dicen es una cosa y lo que hacen es algo totalmente diferente.   Y así como es este perverso matrimonio, es el grueso de su gobierno. En el ropaje progresista se esconden los ideólogos y guerrilleros de la década del 70. El gobierno de los Kirchner es un gobierno de Montoneros. Pero de Montoneros diferentes a los de aquella década. Estos están profundamente desorientados, sin objetivos, ya no buscan imponer un país castro-marxista, sino simple y llanamente buscar su propia conveniencia.   Los famosos Derechos Humanos se siguen proclamando mientras millones de argentinos se encuentra debajo de la línea de pobreza, niños que mueren por desnutrición, hospitales cada vez peor equipados y la enseñanza en todos los niveles con un deterioro nunca visto en esta Argentina, otrora el país más culto y alfabetizado de América y con cientos de prisioneros políticos a los cuales se les niega hasta un mínimo de “Derechos Humanos”, como es la asistencia sanitaria o un juicio ajustado a derecho.   Y como si esto fueras poco se le niega la extradición solicitada por la justicia chilena a un ex guerrillero chileno acusado de asesinato y secuestro. Sin ningún fundamento racional la pareja real se niega a la extradición del delincuente. Este hecho originó una denuncia a la Argentina ante el Comité de DDHH de la Unión Interparlamentaria, creando un foco de tensión, en donde no lo había, con la república hermana.   Esta Argentina Montonera con miles de ex guerrilleros en el poder y en los principales cargos y funciones en el gobierno se está convirtiendo en un refugio seguro de terroristas y delincuentes políticos de América Latina y también del resto del mundo.   Precisamente hoy trascendió en los medios que la Policía de España acaba de detener a Walter Wendelin, líder de una agrupación de la izquierda separatista relacionada con la organización terrorista ETA.   Este abandonó nuestro país hace 12 días. Estuvo en el mismo una larga temporada alternando con dirigentes políticos y sociales de la izquierda y dando clases como docente en la Universidad Popular Madres de Plaza de Mayo. Su anfitriona principal fue la inefable Hebe de Bonafini.   El gobierno es un gobierno Montonero, pero la Argentina repudia a esa organización que tiñó de sangre a nuestro país en la década del 70.   No creo que esta desconcertante combinación sea lo deseable y conveniente para nuestro país.   Más información www.politicaydesarrollo.com.ar