Alejandro Magno el 13 de junio del 323 AC, encontrándose al borde de la muerte, convocó a sus Generales y les comunicó sus tres últimos deseos:
1 – Que su ataúd fuese transportado por los médicos de la época.
2 – Que mientras lo llevaran a su tumba, fueran esparcidos por el camino los tesoros que había conquistado (plata, oro, piedras preciosas, etc.).
3 – Que sus manos estuvieran fuera del ataúd, balanceándose en el aire y a la vista de todos.
Uno de sus Generales, sorprendido por lo extraño de su petición, le preguntó cuales eran sus razones.
Y Alejandro le explicó:
1 – Quiero que los más eminentes médicos carguen mi ataúd para mostrar que
ellos no tienen, ante la muerte, el poder de curar.
2 – Quiero que el suelo sea cubierto por mis tesoros para que todos puedan
ver que los bienes materiales aquí conquistados, aquí permanecen.
3 – Quiero que mis manos se balanceen al viento, para que las personas
puedan ver que venimos con las manos vacías y con las manos vacías
nos vamos.
1 – Que su ataúd fuese transportado por los médicos de la época.
2 – Que mientras lo llevaran a su tumba, fueran esparcidos por el camino los tesoros que había conquistado (plata, oro, piedras preciosas, etc.).
3 – Que sus manos estuvieran fuera del ataúd, balanceándose en el aire y a la vista de todos.
Uno de sus Generales, sorprendido por lo extraño de su petición, le preguntó cuales eran sus razones.
Y Alejandro le explicó:
1 – Quiero que los más eminentes médicos carguen mi ataúd para mostrar que
ellos no tienen, ante la muerte, el poder de curar.
2 – Quiero que el suelo sea cubierto por mis tesoros para que todos puedan
ver que los bienes materiales aquí conquistados, aquí permanecen.
3 – Quiero que mis manos se balanceen al viento, para que las personas
puedan ver que venimos con las manos vacías y con las manos vacías
nos vamos.
(Génesis 3:19) 19 Con el sudor de tu rostro comerás pan hasta que vuelvas al suelo, porque de él fuiste tomado. Porque polvo eres y a polvo volverás”.
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