LOS HERMANOS ABAL MEDINA: TRAGICA HISTORIA DE INTRIGAS, TRAICION Y MUERTE
Un grave error ha cometido el gobierno que desde el año 2003 se adjudicó ser "nacional y popular", "antimenemista" y "peronista", entre otros conceptos. Porque quienes lo componen no han salido de un repollo, como se dice en buen criollo. Por el contrario, no han escapado a la espiral de violencia ascendente que experimentó nuestro país en las últimas décadas, cuyo último y mayor damnificado ha sido el pueblo. Pero sin embargo, hemos vuelto a oir aquellos nombres y, lo peor, ahora de forma cambiada, modificada, engañosa a los ojos del hombre común argentino. Entre esos nombres está el de Abal Medina, muy relacionado a la pólvora y la sangre, años atrás, aunque ya casi no se habla de ello, seguramente para no comprometer a nadie. ¿Quiénes fueron Juan Manuel y Fernando Abal Medina? No nos proponemos, señores, dedicar un largo posteo sobre estos oscuros personajes, uno de los cuales murió en circunstancias dudosas y el otro, Juan Manuel, ya ha colocado un hijo suyo como asesor del gobierno de Cristina Fernández Wilhelm y, con anterioridad, en el de Néstor Carlos Kirchner. Al grano:
JUAN MANUEL, AQUEL JOVEN DEL NACIONAL BUENOS AIRES...
No eran tiempos para bromas los que vivía la Argentina inmediatamente después de los bombardeos a Plaza de Mayo en junio de 1955, como tampoco lo fueron una vez consumado el golpe de Estado liberal de la "Revolución Libertadora" tres meses más tarde. Por ese entonces, varios de los que después engrosarían las filas de la delincuencia subversiva marxista, autoadjudicándose el mote de "peronistas", estaban más que contentos porque la sinarquía internacional tiró del gobierno al Teniente General Juan Domingo Perón.
Existía, nos contó un viejo compañero de Juan Manuel Abal Medina en el Colegio Nacional Buenos Aires, un consenso bastante aceptado sobre qué postura había que tener frente a los sucesos de 1955 y posteriores: o se era 'gorila' traidor o se estaba con el pueblo de la Patria. Y 'gorilas' hubo a montones...significativamente muchos conspicuos jóvenes de buena posición -los más- que asistían al Nacional Buenos Aires.
Quien esto relata compartió aula con Juan Manuel Abal Medina, y hace unos días estuvo dispuesto a contarnos detalles interesantísimos de uno de los infiltrados de los años 70 en el Movimiento Nacional Peronista. "Juancito" Abal Medina era un cag..n, un tibio, todo lo contrario a su hermano menor, Fernando Abal Medina, quien estaba decidido a defender aquello por lo cual creía y, vale decirlo, por lo que lo mataron una noche de setiembre de 1970, aunque como más tarde veremos, fue engañado.
En el Nacional Buenos Aires, Juan Manuel se destacaba en Latín, y se granjeó la amistad del profesor de dicha lengua. Entre 1955 y 1956, y como todo estudiante que asistía al prestigioso colegio público, el joven Juan Manuel vestía de saco y, en una de las solapas, se le podía ver una insignia que llevaba una "V" y una Cruz, símbolo que significaba "Viva Cristo" o "Viva la Iglesia", en franca oposición con el peronismo. Que incluso, el ex compañero de clases recuerda que Juan Manuel Abal Medina, temeroso como era, escondía su insignia dejándola puesta o colgada del lado de adentro del saco, para que no sea vista por los demás. Sus padres lo mismo, eran antiperonistas fanáticos... Otro dato que nos daba era que Juan Manuel celebraba el derrocamiento de Perón, y que en el mismo curso del Nacional Buenos Aires, y en tiempos de la golpista "Libertadora", coexistían 'gorilas' con socialistas que trataban de imitar la vestimenta del embajador en Uruguay Alfredo Palacios. Todo esto mientras el peronismo estaba proscripto.
El que sí era bravo, nos contaba este ex compañero de clases, era Fernando Abal Medina, dos años menor que "Juancito". Y de lo que siempre había dudado nuestro informante era de la muerte prematura de Fernando, en William Morris, provincia de Buenos Aires. Por lo pronto, y antes de adentrarnos en ese episodio, hay que aclarar que Juan Manuel Abal Medina, el mediocre hombrecito veinteañeros que llegó a ser secretario general del PJ cuando gobernaba Héctor José Cámpora, era 'gorila' y, por ende, antiperonista declarado, que luego abrazó el marxismo procubano de Montoneros.
FERNANDO ABAL MEDINA Y EL SOSPECHOSO TIROTEO DE WILLIAM MORRIS EN 1970
El tema de la muerte de los primeros fundadores del grupúsculo Montoneros, que entonces se llamaba "Comando Montonero Juan José Valle", es bien siniestro y se mantiene oculto. Solamente una versión simplista y poco convincente es la que se desparrama por los pasillos cada vez que se intenta dar una explicación sobre el asunto. Intentaremos revelar algo:
Cuando los fundadores de Montoneros deciden secuestrar y asesinar al Teniente General Aramburu a finales de mayo de 1970 y principios de junio, a los delincuentes les prometieron desde la SIDE (Secretaría de Inteligencia del Estado) del gobierno del General Juan Carlos Onganía que le iban a pagar la friolera de 20.000.000 de pesos fuertes porque era un obstáculo para el desarrollo de la "Revolución Argentina" que, según Onganía, duraría 20 años. El tema discurre en que por tal crimen, a los delincuentes les adelantaron la suma de 5 millones de pesos, quedándoles adeudados los restantes 15.000.000 que, como ahora veremos, jamás le pagaron.
La promesa del pago de dicha deuda, en verdad, iba a efectuarse la noche del 7 de setiembre de 1970, o sea, unos meses después de terminado el "trabajito" (matar a Pedro Eugenio Aramburu), en la pizzería "La Rueda" que estaba ubicada en las calles Potosí y Moctezuma de William Morris, en el Gran Buenos Aires. La obra "Aramburu: el Crimen Imperfecto" de Eugenio Méndez se refiere a la zona como "con calles de tierra, mal iluminadas y casitas bajas".
Al frente del grupo de Montoneros que iba a cobrar los 15.000.000 de pesos se encontraba Fernando Abal Medina. Él junto con José Sabino Navarro y Luis Enrique Rodeiro son los que entran a la pizzería "La Rueda" y piden tres cafés. Fuera de ella, y a una distancia prudente, estaban Mario Eduardo Firmenich, en una pick-up, y Norma Arrostito junto a Norberto Rodolfo Crocco en un Dodge. Completaba la escena Gustavo Ramus que estaba aguardando dentro de un Peugeot; todos los sicarios que hicieron el 'trabajo sucio' de asesinar a Aramburu, por las dudas, estaban armados.
Dice en la página 113 de la obra "Aramburu: el Crimen Imperfecto":
"Eran las 20.10. Un poco ansiosos, miraban por la ventana. Ramus, también impecable, con traje gris, corbata marrón y camisa blanca, se mueve nerviosamente en el asiento del Peugeot. Bajo el chaleco tenía la canana con municiones. Apoyada en las piernas, la ametralladora, y a su derecha, al alcance de la mano, una valija negra para guardar el dinero. Miró preocupado el reloj y les hizo una seña a los compañeros de los otros vehículos. Se colocó un revólver en la cintura y bajó del auto, dejando la puerta semiabierta. Lentamente y tratando de no llamar la atención, ingresó en la pizzería. Se acercó a la mesa del fondo y apoyando los brazos en el respaldo de una silla preguntó en un murmullo:
"-Son las ocho y veinte, ¿qué hacemos?
"-Hay que esperar, no tenemos otra alternativa -le contestó Abal Medina".
En la Comisaría 4º de William Morris, que estaba ubicada en la calle Victoria 1231, suena el teléfono y una voz anónima le explica al oficial principal Armando Hass que "en el bar "La Rueda" acabo de ver a tres integrantes de un grupo extremista que llegaron en tres vehículos en los que hay bombas y otros materiales explosivos"... Y la voz anónima, antes de responder cómo es que sabía eso, cuelga. Los delincuentes de Montoneros no cobrarían la deuda sino que habían sido delatados. Estos datos están corroborados en la Causa 145/75, que es la que investigó -hasta que curiosamente se frenó- el secuestro y muerte de Pedro Eugenio Aramburu.
Alertados por el denunciante anónimo, desde la Comisaría 4º envían cuatro agentes a la pizzería "La Rueda", y el relato del libro que venimos citando, así lo señala:
"La brigada la formaban cuatro hombres, ya que eran sólo tres los sospechosos, según la denuncia. Fueron Roque Hernández, cabo primero y ametralladorista; Mario Bravo, cabo y chofer, con una pistola "cuarenta y cinco"; Rodolfo Carusso, cabo, con otra "cuarenta y cinco" y el oficial Armando Hass, con una Itaka.
"Recorrieron despreocupados las diez cuadras que los separaban de la pizzería "La Rueda". Detuvieron el patrullero en la esquina y Hass les ordenó a Carusso y a Hernández que bajaran. Estos cumplieron la orden y se dirigieron hacia la puerta. El chofer corrió el auto más hacia la esquina, quedando perpendicular a la puerta y entre dos árboles podados al ras, cuyos troncos estaban pintados de blanco".
Dentro de la pizzería estaba Fernando Abal Medina, Rodeiro y Sabino Navarro. Cuando Sabadinno, el dueño de "La Rueda", es interrogado por el cabo Carusso sobre si "había unos tipos raros" dentro del local, lo único que aquél atinó a decir fue "Mirá, Carusso, los únicos nuevos son aquéllos", y señaló a Abal Medina y compañía. El resto de la historia ya lo imaginarán. Al momento en que los agentes de la policía bonaerense van a pedirle los documentos, comienza una balacera infernal que hiere de muerte a Fernando Abal Medina y a Gustavo Ramus, quien éste último, por el afán de ayudar a sus compañeros de la trampa urdida, intenta arrojar una granada hacia donde estaban algunos agentes policiales pero, alcanzado por un itakazo del oficial Hass, Ramus cae al suelo al tiempo que le estalla encima de él la granada que iba a lanzar.
Ese fue el final de Fernando Abal Medina. La historia de esta traición se cerró, podría decirse, cuando en 1971 Norberto Crocco, otro de los fundadores de Montoneros bajo el auspicio implícito de la SIDE, vengó la muerte de Abal Medina y de Ramus, asesinando a quien debía pagarles los 15.000.000 de pesos restantes que nunca llegaron. Acto seguido, Crocco se suicidó, pero ese es otro tema que ahora no podrá divulgarse.
Un último dato: en un bar de Capital Federal, hace un tiempo atrás, un ex oficial del Ejército Argentino nos dijo bien clarito: "Firmenich era un agente del Ejército"...
Siendo 'gorilas' y "pseudonacionalistas", así empezaron su carrera política los hermanos Abal Medina, hoy auspiciados como "revolucionarios" por los remanentes de la subversión marxista que los aclama. ¿Lo sabía usted?
1 comentario:
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